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El problema reside cuando comemos porque estoy angustiado/a, deprimido/a, aburrido/a, etc. buscando en la comida una satisfacción o un alivio momentáneo a las emociones negativas o preocupaciones, resultando una estrategia totalmente pasiva que nos aliviará instantáneamente pero no solucionará ni eliminará las emociones negativas que la originaron además de terminar sumando otro problema al comer de forma compulsiva y desmesurada.
En estas circunstancias, diríamos que no como por ansiedad sino que la ansiedad me da por comer, es decir, comer compulsivamente es un síntoma de tener ansiedad. Por tanto, es muy importante comprender que el problema no es la comida sino la ansiedad, de manera que si soy capaz de controlar la ansiedad no sentiré ansiedad por comer.
Un ejemplo de lo que estamos explicando podría ser “tengo un mal día de trabajo, he tenido mucho estrés, llego a casa totalmente angustiado/a y agobiado/a, necesitas relajarte y sentirte mejor… Abres la nevera y comienzas a comer con ansiedad todo aquello que pillas a tu paso comiendo de forma compulsiva sin prestar atención a lo que comes…” En este caso, lo ideal sería ir al origen del problema, a como gestionamos y planteamos nuestro trabajo; pero si las emociones se han desencadenado y ya no podemos hacer nada para no sentirlas, debemos buscar otras alternativas más eficaces para disminuir y aliviar nuestro malestar; por ejemplo: un baño relajante, poner una música que nos guste, crear pensamientos de calma y paz, tomarnos una infusión, etc.
En otras ocasiones, sentimos que necesitamos una recompensa tras un día duro de trabajo o tareas realizadas, y optamos por algo dulce, como puede ser un poco de chocolate o también puede aplacarse con el picoteo. En estas situaciones la ansiedad por comer estaría presente si nos tomásemos una tableta entera de chocolate, es decir, cuando lo hacemos de forma excesiva, perdiendo completamente el control sobre la ingesta, comiendo de forma compulsiva, sin ni siquiera darnos cuenta de qué comemos y no prestando atención a lo que comemos.
En definitiva, para muchas personas la comida se convierte en una forma de aplacar la ansiedad, en una forma de mitigar las sensaciones de nervios y tensión, pero comer para tranquilizarnos, hará que cada vez sintamos más ansiedad y comamos más. Como vengo diciendo comer demasiado es un síntoma, y no la causa, de un problema anterior.
Cómo controlar la ansiedad por comer
En primer lugar debemos eliminar el origen de nuestras tensiones y únicamente después conseguiremos controlar la ansiedad por comer. Lo más importante es buscar la causa del estrés, malestar o tensión. No se trata de encontrar algo que nos quite el hambre sino averiguar porqué como tanto. Como complemento a estos consejos también podéis leer este artículo con recomendaciones para combatir la ansiedad desde un punto de vista más general.
¿Qué puede ayudarnos a controlar la ansiedad que nos impulsa a comer en exceso?
Escucha a tu cuerpo. La comida no debe usarse para calmar la ansiedad. No es esa su función. Como he mencionando, lo fundamental es conocer el origen de tu ansiedad. En toda persona que come por ansiedad, sea consciente o no, existe algo en su vida interior, personal, laboral, etc. que le provoca malestar e intenta aliviarlo con la comida. Siempre existe un origen de la sintomatología ansiosa. He tenido muchas situaciones de entrevistas con pacientes que te comentan que están ansiosos pero que no tienen motivo para ello, siempre les digo que algo debe de haber que les cree ese malestar interior, sino el cuerpo no tendría porque reaccionar de esa manera. A veces, sí sabemos qué ocurre pero no queremos reconocerlo bien a nosotros/as mismos/as, bien a otras personas… así que buscar el origen y emprender un camino más saludable es el primer paso.
Respira lenta y profundamente. Hay que tener en cuenta que cuando estamos más nerviosos o angustiados siempre cambia nuestra respiración convirtiéndose en una respiración más rápida e inadecuada. Una de las pautas básicas para tratar la ansiedad por la comida es tomar consciencia de la respiración y aprender a controlarla.
Realiza ejercicio físico es primordial en casos de ansiedad al comer ya que ayuda a descargar las tensiones y a oxigenarnos con lo cual disminuye la ansiedad por la comida.
Mejora tu autoestima, sentirse mejor con uno/a mismo/a, aceptarse como uno/a es y por supuesto tener ganas de cuidarse por fuera y por dentro. Cuidar lo que comemos no solo tiene un objetivo físico para adelgazar, es una forma de cuidarnos interiormente, de tener vitaminas, energía, etc.
Expresa las emociones y si no tienes con quien expresarlas, escribe, el simple hecho de plasmar en un papel tus emociones ya es terapéutico, salen las emociones al exterior, se expresan y por tanto son más fáciles de manejar.
Maneja eficazmente tus preocupaciones. Cambia actitudes negativas, intenta ser una persona más resolutiva y optimista en tu vida diaria.
Organízate y planifica estratégicamente tu día a dia.Dedica tiempo a saber cuándo y cómo vas a cumplir con tus obligaciones y realizar las tareas cotidianas te ayudará a controlar el estrés y la ansiedad.
No hagas dietas demasiado restrictivas. Comer es un placer, es necesario disfrutar de la comida. Hay personas que nunca disfrutan de la comida porque comen con remordimiento o culpa. Estos sentimientos te llevan a sentir más ansiedad y terminarás comiendo más de lo normal.
Aprecia y valora los aspectos positivos de tu vida, disfrutar más de lo que nos rodea, obtener placer con otras actividades distintas a la comida como puede ser la música, la lectura, pasear, etc.
Reducir excitantes como el café, té, azúcar, chocolate, etc. que sólo agravarán el problema y nos hará sentir más ansiosos. En cambio, tomar más líquidos, zumos, infusiones, etc.
Comer con más frecuencia pero en menos cantidad, para evitar sentir mucha hambre y desencadenar la ansiedad por la comida y comer compulsivamente.
Comer despacio, ingerir los alimentos masticando lentamente.
Servirse en el plato, nada de ir picando un poco de aquí un poco de allá.
Tener en la nevera y en la despensa alimentos saludables.
Evitar el descontrol al comer. No saltarse ninguna de las comidas importantes: desayuno, comida y cena. Añadir alimentos ligeros y saludables (una pieza de fruta, yogur, etc.) a media mañana y a media tarde.
Planificar las comidas, no dejar lo que vamos a comer en manos de la improvisación, así es más fácil tener controlado lo que queremos comer.
No olvides que si consigues controlar tu ansiedad con estrategias positivas y saludables no necesitarás comer para tranquilizarte. Haz que la comida no sea tu vida sino que forme parte de ella
NOTA: Las recomendaciones ofrecidas en este artículo son meramente orientativas. Siempre que la comida nos genere malestar o sintamos que no tenemos control sobre ella resulta imprescindible la valoración médica o psicológica/psiquiátrica que le dará la valoración adecuada a su caso y las pautas a seguir.
Es importante que sepas…
La información reflejada en esta página web es meramente informativa, no sustituye en ningún lugar, a la necesaria evaluación médica, psicológica y/o psiquiatrica.